La próxima vez que vayas al Palacio de los Jugos, si vives en Miami (5721 W Flagler St., o por recomendación de mi coterranea y amiga Luisa, en la flamante ciudad de Hialeah, la 4 ave del East y la 42, anuncio no pagado), te vas a acordar de esta nota y vas a pedir un batido de mango en honor a tu pueblo, porque la primera mata de mango que fue sembrada en Cuba tiene que ver con el municipio de Santa Cruz del Norte (todo un lujo, ¿No?) Aunque la mata no fue plantada en nuestro pueblo, sino en una finca de la propiedad de la familia en la cercanía de la parroquia La Salud-(Ciudad de la Habana), doña Micaela de Jústiz y Zayas, Condesa de Jibacoa, fue la Dama del Mango en Cuba, casi casi que la pegamos. Su jardinero de nombre Gervasio, quien era conocido por la jardinería y famoso por una extensa cría de conejos, planto y cuido de la mata sin saber que una calle de la capital llevaría por siempre su nombre como recordatorio dulce de aquel hecho histórico. La primera vez que alguien se comió un mango en Cuba fue en el año 1782, y ahora después que han talado todas las arboledas, esos hermosos paraísos campestres que nos dejaron nuestros tatarabuelos y que eran emblemáticos del campo cubano, hay quienes pudieran recordar el sabor del mango tan lejano como si se hubiesen comido el ultimo mango en el año 1782, “le ronca el mago”. Así que por ahora no queda otra opción que El Palacio de los Jugos y el batido con mangos cosechados en Homestead hasta que podamos regresar y ponerle a una calle de Jibacoa Pueblo, “La calle del Mango”.
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