jueves, 20 de octubre de 2011
Yo que llegue a ver temporada de mi muerte
Hay una temporada en que el hombre enmudece y muere
y se cava en el pecho para enterrar la lucidez, un hueco,
hay un tiempo en que los amados tuyos
te abandonan en los manicomios
y tienden a desconocerte
y un tiempo en que se vuelven a la codicia,
los hombres pobres codician cosas simple,
la lucidez de otros o cosas simples,
pero hay un tiempo en que se muere
y la lucidez cesa
y los amados queman tus fotos con bochorno
y te entierran en el patio de sus casas por bochorno.
En una temporada así viniste tu
y no te percibió mi ojo enfermo,
yo era un extraño en hombros de un extraño
que conducía mi cuerpo a parte alguna y no te vi
yo no te vi porque los hombre
en estas temporadas mueren
o fingen estar sordos.
Mi madre me enviaba cartas
y panecillos de su indigencia, desde otro tiempo supongo
porque me hablaba de la muerte de alguien
que yo sabía muerto hacía tiempo,
mi madre residía en el estado
y el estado era anciano
y los ancianos prefieren cosas simples para moderar la mente.
Nunca escapó por el corredizo
que unía mi casa con su casa,
literalmente no había unión alguna
porque los ancianos prefieren cosas simples como la soledad,
yo le hacía señas, me aprestaba a correr con sus huesos,
más ella nunca abrió, o huyó de sí.
La casa de los amados míos esta en un hueco
que cavaron los antepasados de mis antepasados
para esconder su lucidez,
que murieron y fueron enterrados
por desconocidos hombres o por amados suyos
en el corredizo que unía mi casa con sus casas.
Los amados míos que me hacían muerto
cortaron los árboles que había plantado yo hacía tiempo
para demarcar los límites que me pertenecía de la lucidez;
más estaba severamente enfermo
en la temporada en que vino mi madre
por el corredizo que unía nuestras casas
y yo no abrí, no estaba yo dentro de la habitaciones
que había enlucido para el recibimiento de los míos,
había desorden y extraños versos que no habría escrito yo
en los tiempos de la lucidez,
no estoy seguro si fue realmente así
porque me he visto recostado a mi madre
en una foto de aquella temporada
en que Dios me vio flaco y retraso mi muerte.
De: Cazadores de la sombra del ave
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Felicidades Poeta
ResponderEliminar"no me miró, no me maldijo o dijo nada y entro riendo para siempre en los cuartos interiores de la muerte"
ResponderEliminarno me miró, no me maldijo o dijo nada y entro riendo para siempre en los cuartos interiores de la muerte"...
ResponderEliminar(excelente)