En los años 90’s cuando conocí a Fausto Adolfo Martí, hijo del conocido poeta Adolfo Martí Fuentes y hermano de Carlos Martí Brenes, viceministro de cultura de Cuba, andaba con un manuscrito de textos diría yo inocentes bajo el brazo en mi pueblo Santa Cruz del Norte (Cuba) . Fausto estaba convenientemente viviendo en el pueblo y se presentaba de vez en cuando en mi casa con la intensión de compartir textos, de ahí nació una amistad custodiada por el ojo amonestador de mi familia que siempre lo presintió como una persona de poca fidelidad y ligero en las palabras. Yo andaba en los años de mi juventud, que como es sabido por muchos, me llevaron a APAL (Asociación Pro-Arte Libre) a finales de la década de los 80’s y no reparaba en Fausto más que a un hombre en busca de “las palabras”. Fausto de aprendiz de poeta pasó a activista de derechos humanos y en poco tiempo ya militaba en un grupo que cambió de nombre y se dividió en varias ocasiones, junto a Héctor Castañeda y José Antonio Fornaris. En el año 1991 mi hija Keyla de tres años de edad contrajo una enfermedad viral que le producía fiebre cada 15 días, que después de muchos estudios fue diagnosticada y le prescribieron penicilina benzatinica, la cual no era posible conseguir en las farmacias cubanas. En una de esas conversaciones de sillón que sostenía con Fausto, sin otra intensión que el desahogo, le conté sobre la penicilina benzatinica y a los pocos días se apreció en mi casa con un frasco y posteriormente con otro, y en adición a algunos que yo pude conseguir en el mercado negro, terminó el tratamiento de 8 inyecciones.
En el año 1991 Fausto incrementó su actividad dentro de los grupos de pro-derechos humanos donde cubría los sucesos de Alamar en el caso María Elena Cruz Varela de Criterio Alternativo. El día 21 de Noviembre de 1991 llegó sorpresivamente a una casa en la playa de Guanabo donde me encontraba de vacaciones, visiblemente maltrecho, golpeado según él en Alamar, pero no ensangrentado como se conoció fuera de Cuba en este artículo .
(http://www.sigloxxi.org/Fisura/braga-13.htm)
Para hablar en privado nos fuimos a dar una larga caminata, tiempo que se aprovechó para extraer de su mochila una grabadora de bolcillo y una libreta de notas de las cuales se hicieron trascripciones del contenido (aún en mi poder), por lo que supimos que de hecho Fausto era un Agente de la Seguridad del Estado, esa fue la última vez que vi a Fausto Adolfo Martí en persona.
(http://www.sigloxxi.org/Fisura/braga-13.htm)
Para hablar en privado nos fuimos a dar una larga caminata, tiempo que se aprovechó para extraer de su mochila una grabadora de bolcillo y una libreta de notas de las cuales se hicieron trascripciones del contenido (aún en mi poder), por lo que supimos que de hecho Fausto era un Agente de la Seguridad del Estado, esa fue la última vez que vi a Fausto Adolfo Martí en persona.
Agosto 13 de 1992, en un juicio militar, bajo la Causa # 20, el Gobierno cubano condenó a tres civiles; al Dr. Omar del Pozo Marrero a 15 años, a Víctor Reynaldo Infante Estrada a 13 años y a Carmen Julia Arias Iglesias a 9 años; y a un miembro del aparato de seguridad del Estado, el subteniente, Julio César Álvarez López, a 19 años de privación de libertad, todos por revelación de secretos de Estado. Este documento de denuncia puede encontrase en www.directorio.org, bajo el Link: Directorio Democrático Cubano, 2007, ver página 79, Fausto Adolfo Martí. El gobierno había infiltrado en sus organizaciones a Héctor Castañeda, Fausto Adolfo Martí y José Antonio Fornaris. Fausto Adolfo Martí se radicó en Islas Canaria con el título de “publicista” nada menos que para "PUBLICITUR", posteriormente comenzó a pintar y resurge en la Habana, en el 2009, con varias exposiciones entre las que más se destacan, para nuestro interés, dos en el museo nacional de los CDR en el 2009. Reside en la actualidad en Guayaquil-Ecuador.
En 1993 surge el caso de la embarcación cubana que naufraga en Cozumel-Quintana Ross, México donde mueren 10 de sus ocupantes y otros 8 fueron regresados a Cuba, a Santa Cruz del Norte, donde le facilité entrevistas con agencias extrajeras de prensa, entre ellas EFE y REUTER, ver (EL PAIS). Después de las entrevistas hay un boicot de los productos Mexicanos en EU dirigido por los exiliados cubanos en Miami, que puso en riesgo el voto para el TLC de los senadores cubanos de la Florida, por lo que fueron regresados a México los repatriados en Agosto 29 de 1993 y posteriormente recibidos por EU, a donde también se trasladaron los cadáveres, suceso muy conocido por esta comunidad. Todo esto me situó en el centro de una controversia de estados (MEXICO-CUBA-EUA). A raíz del Maleconazo y posterior a mis reportes sobre la Masacre del remolcador 13 de Marzo (1994), al parecer en ajuste final de las cuentas, tuve la habitual visita de la Seguridad del Estado donde entre otra cosas me dijeron “hemos hablado contigo ya tantas veces y no haces caso, que te vamos a dar por donde más te duele” a primera instancia no capté la profundidad de la advertencia, posteriormente en la entrevista, uno de ellos (que eran 5) me dice: “eres un mal agradecido” y al preguntarle la razón, me dice: “por lo que hemos hecho por la salud de tu hija” y le dejé saber que sabía que se referían al medicamento que me había provisto Fausto, en lo cual no había pensado hasta ese momento, hubo un silencio momentáneo, de ahí en adelante mi mundo se fue en blanco y negro, no supe cuanto demoró la entrevista, solo pensaba que pudieron poner algo en la penicilina y matarla o dejarla parapléjica. Esto únicamente puede compararse a un padre que sabe que su hija estuvo tan cerca de un depredador sexual que pudo tocarle el pelo, las manos, las entrepiernas, pero quiso dejar para otro tiempo el resto. Llegué a mi casa y le dije a mi esposa que preparara todo, que nos íbamos, y tres días después, el 21 de agosto de 1994 salimos ilegal de las costas de Santa Cruz del Norte en una embarcación. He pretendido olvidarlo todo por 20 años, pero me ha sido imposible porque el fantasma de Fausto me ha llegado cabalgando en este artículo de Waldo González López (http://fausto-adolfo-marti.artelista.com/) ahora en Miami, que me lo presenta renovado como un pintor, con otra cara, otra mano donde la crueldad se aplica con pinceles y colores tiernos. Recientemente en mi reencuentro inevitable con el fantasma de Fausto (en Facebook), le he escrito a su perfil la siguiente nota, con la que quiero cerrar estas palabras y finalmente olvidar, porque después de ver la obra, prefiero recordar a Fausto “el pintor” que a Fausto el hombre. Un hombre puede hacer su obra buena, más una obra no puede hacer a un hombre bueno.“Esperó que la vida te haya dado la medida justa de las cosas, ni paz ni guerra extrema, para morir o vivir por algo”
En 1993 surge el caso de la embarcación cubana que naufraga en Cozumel-Quintana Ross, México donde mueren 10 de sus ocupantes y otros 8 fueron regresados a Cuba, a Santa Cruz del Norte, donde le facilité entrevistas con agencias extrajeras de prensa, entre ellas EFE y REUTER, ver (EL PAIS). Después de las entrevistas hay un boicot de los productos Mexicanos en EU dirigido por los exiliados cubanos en Miami, que puso en riesgo el voto para el TLC de los senadores cubanos de la Florida, por lo que fueron regresados a México los repatriados en Agosto 29 de 1993 y posteriormente recibidos por EU, a donde también se trasladaron los cadáveres, suceso muy conocido por esta comunidad. Todo esto me situó en el centro de una controversia de estados (MEXICO-CUBA-EUA). A raíz del Maleconazo y posterior a mis reportes sobre la Masacre del remolcador 13 de Marzo (1994), al parecer en ajuste final de las cuentas, tuve la habitual visita de la Seguridad del Estado donde entre otra cosas me dijeron “hemos hablado contigo ya tantas veces y no haces caso, que te vamos a dar por donde más te duele” a primera instancia no capté la profundidad de la advertencia, posteriormente en la entrevista, uno de ellos (que eran 5) me dice: “eres un mal agradecido” y al preguntarle la razón, me dice: “por lo que hemos hecho por la salud de tu hija” y le dejé saber que sabía que se referían al medicamento que me había provisto Fausto, en lo cual no había pensado hasta ese momento, hubo un silencio momentáneo, de ahí en adelante mi mundo se fue en blanco y negro, no supe cuanto demoró la entrevista, solo pensaba que pudieron poner algo en la penicilina y matarla o dejarla parapléjica. Esto únicamente puede compararse a un padre que sabe que su hija estuvo tan cerca de un depredador sexual que pudo tocarle el pelo, las manos, las entrepiernas, pero quiso dejar para otro tiempo el resto. Llegué a mi casa y le dije a mi esposa que preparara todo, que nos íbamos, y tres días después, el 21 de agosto de 1994 salimos ilegal de las costas de Santa Cruz del Norte en una embarcación. He pretendido olvidarlo todo por 20 años, pero me ha sido imposible porque el fantasma de Fausto me ha llegado cabalgando en este artículo de Waldo González López (http://fausto-adolfo-marti.artelista.com/) ahora en Miami, que me lo presenta renovado como un pintor, con otra cara, otra mano donde la crueldad se aplica con pinceles y colores tiernos. Recientemente en mi reencuentro inevitable con el fantasma de Fausto (en Facebook), le he escrito a su perfil la siguiente nota, con la que quiero cerrar estas palabras y finalmente olvidar, porque después de ver la obra, prefiero recordar a Fausto “el pintor” que a Fausto el hombre. Un hombre puede hacer su obra buena, más una obra no puede hacer a un hombre bueno.“Esperó que la vida te haya dado la medida justa de las cosas, ni paz ni guerra extrema, para morir o vivir por algo”
Adalberto Guerra
Nov.8.2011
Velamenes@gmail.com
Correspondencia
(De: Fausto Adolfo para Adalberto)
Guayaquil, 9 de noviembre de 2011.
CARTA ABIERTA DEL FANTASMA AL FANTASMÓN.
Sr. Adalberto Guerra:
Han pasado 20 años desde que lo conocí y continuo recordándole como un talentoso joven poeta del lugar donde vivía en ese entonces. Es indudable su interés por la literatura pues aún hoy vuelvo a saber de usted, pero en este caso no por su poesía, sino por la capacidad narrativa de que hace gala el cuento que me dedicó recientemente en su blog.
Construir literatura desde su subjetividad no se le da tan bien como la poesía y pretender hacer historia sin profundizar antes en los temas que escoge, no creo sea un buen camino para alcanzar notoriedad, más bien, esta falta de rigor lo puede convertir en el amplificador idóneo del mensaje de aquellos a los que cree repudiar. El Sr. José Antonio Fornaris me ha distinguido en varias ocasiones con trabajos muy parecidos al suyo. Extraña coincidencia esa que lo une a usted y a ese señor. A él nunca me he tomado el trabajo de responderle, en su caso lo hago más por el asombro que por el tema que sugiere. Hace años que lo oigo y ya a estas alturas de mi vida, si le soy sincero, me da igual las opiniones de los individuos como usted y de la mitología donde mecen sus frustraciones y olvido.
Solo recuerdo haberle hecho el bien siempre que pude, lo cual veo no ha olvidado y reconoce en sus líneas, por lo que sobran las explicaciones que no le debo. Le aseguro que nunca registre sus pertenencias como hizo su esposa con mi mochila, supongo que obnubilada por la paranoia. Ignoro de que importantes pruebas pudo hacerse en tal robo, pero créame que tampoco me interesa mucho el asunto, más bien le sugiero que haga públicos tan valiosos documentos a fin de dar algún halo de credibilidad a su relato.
No me arrepiento de haber resuelto en su momento esa medicina que le hacía falta a su hija. Hacer el bien supongo que compensará siempre cualquier desaire u ofensa suya. Eso que sugiere de que podría haberla envenenado o contaminado es digno de quien lo piensa y no de mí, la mejor prueba con la que cuento no es su agradecimiento, sino que supongo su hija está viva. El juicio que me interesa es el de Dios y créame duermo tranquilo. Desconocía hasta hoy todo ese resentimiento y mala voluntad de su parte, pero no puedo hacer nada al respecto y tampoco me importa mucho.
Desgraciadamente toda esta historia no se ha terminado aun de escribir, así que le sugiero espere el final para hacer resúmenes. Por suerte para mí y para mi familia supongo no todos piensan como usted que he muerto y soy un fantasma. Una búsqueda en Google con mi nombre completo le ayudarán a convencerse que usted encaja mejor en esa definición o perfil.
Como veo le han gustado mis pinturas, lo que reconoce indirectamente en sus despreciables e injuriosas líneas. Espero no tener que valerme de incidentes de este tipo para promoverme como pintor y desearía que a usted no le hagan falta para que lo reconozcan como poeta o alguien se decida a leerlo.
Sin más.
Fausto Adolfo Martí.
(De: Adalberto para Fausto Adolfo)
Palm Beach Florida.
Noviembre 9 de 2011.
Tengo lamentablemente que comunicarle Sr. Fausto que lo que usted leyó no es un relato, cuento o inventiva narrativa, donde lo incluyo, aunque presiento que sería de su agrado que lo fuera, porque en los cuentos se distorsiona la realidad y al menos eso, le proporcionaría un escape de la realidad que sigue siendo su pasado. Las historias que son bochornosas duelen hasta el papel en que se escriben, como me duele usted profundamente.
No me gastaría yo una letra o pensamiento en un personaje que tenga su semblanza. No figura usted en una lista de odio, porque no la tengo. En el final de mi artículo (era un artículo) le dejóoel olvido como puente para que viaje usted hacia la luz, si tiene fuerzas. Sorprende que no se defienda de la realidad empírica que es, haber sido (o ser) un Agente de la Seguridad del Estado. Difícil será para Fausto explicar la resurrección de Fausto, lo que bien pudiera ser su reaparición en Cuba en el 2009. Admiro su obra por encima del hombre. No ha negado usted lo de la medicina, cosa que me agrada, como tampoco ha negado que la obtuvo del mismo cuarto oscuro donde le daban órdenes.
Si hablamos de fantasmas le diré Fausto, que amo esta muerte donde me recuerdan con amor, que es más justa que estar vivo y ser recordado con encono. Nadie ha ido a la cárcel por mí, no tengo pasado, puedo morir en paz, ¿puede usted Fausto? Le invito a que publiquemos su carta y la mía (todas) en el sitio que elija, a ver si da usted un paso hacia la luz.
Sobre google, poniendo su nombre he encontrado cosas buenas y malas, las últimas son menos, pero pesan más en mi balanza, su obra es buena, más las obras de un hombre es el peso completo de su vida. Poniendo mi nombre en google: tiene razón, me da un fantasma con unos libros publicados (dos), nadie me busca o me maldice, lo que me hace un fantasma feliz.
Con todo respeto.
Ad Guerra.
(De: Fausto Adolfo para Adalberto)
Guayaquil, 10 de noviembre de 2011.
Pensé responderle de inmediato su mensaje al recibirlo, pero después de analizar su contenido decidí esperar unas horas a fin de poder discernir sus verdaderas intenciones tras esta, llamémosla, provocación digital tras veinte años de silencio.
Coincidirá conmigo que la publicación en su Blog de este artículo donde trata de hacerse mi víctima y su reproducción en Facebook no podían quedar sin una adecuada respuesta dejando clara mi posición, pero no le daré más valor que el que día a los artículos publicados por Fornaris y a los que no hace referencia alguna en este segundo mensaje. No será conmigo con quien hará meritos para sus ambiciones.
Sus argumentos para iniciar este tardío debate después de 20 años no termino de verlos con claridad, ni cuál es su verdadero propósito tras este falso arrebato ético con el que pretende aleccionarme o dictarme cátedra de moralidad. En fin que no le debo ninguna explicación. Desgraciadamente no entiendo bien el lascivo lenguaje de los perros y no suelo actuar por impulsos estupidos, ni aguijoneado por situaciones imprevistas.
Usted ya hizo público el asunto así que no se a que nuevo espacio promocional pretende llevarlo. Lamento decirle que no soy su camino a la fama, ni la escalera a sus ambiciones personales.
Me perdona, pero no soy tan ingenuo como para dejarme dictar la agenda de lo que debo o no debo hacer por usted y ponerme a darle explicaciones. Dar mi versión de lo que sucedió realmente en aquel entonces sería caer en su juego.
Sus opiniones le repito me tienen sin cuidado así que haga lo que le parezca. Escriba lo que escriba y destile el veneno que destile, no le serviré de puente para salir de su mediocridad.
Mi primera reacción fue de asombro, en esta segunda parte comienzo a ver más claro su juego. Mal le debe ir económicamente con la poesía cuando necesita echar mano a un incidente de hace veinte años para comer supongo. No es mi caso y le comunico que este es el fin de nuestra comunicación.
Le deseo suerte y que Dios lo ayude.
Fausto Adolfo Martí.
(De: Adalberto para Fausto Adolfo)
Palm Beach 10 de noviembre de 2011.
Sr. Fausto:
Al inicio de todo esto pensé que me encontraría a un Fausto humanizado en la pintura, pero en fin, los colores que usted conoce son apliques que el tiempo o las manos dejan en las paredes, que las mismas manos manchan o borran y yo venía pensando en los colores imperecederos. No le ofrecía más que borrar de su mejor cuadro, (su vida) la mancha que lo arruina. Lamento que en un impronto cierre la puerta de su tumba sin que al menos diga unas palabras de despedida al vivo que fue, o al fantasma que deja levitando. Veinte años son mucho tiempo para usted, creo que más largo le han resultado 19 a Julio César Alvarez López y a los otros de la causa # 20 de agosto 13 de 1992. Usted pretende que el tiempo borre, yo pretendo que el tiempo sane, dos cosas muy distintas.
Nada tiene que explicar sobre lo que sucedió porque las explicaciones son para los hombres que ponen luz donde hay sombras y no para los que ponen sombras donde hay luz. No me complazco en su respuesta pávida, asustadiza, más bien me apeno por usted. Ya habrá un tiempo para responderse así mismo, tal vez nunca llegue y siga el silencio escalando en las sombras de sus cuadros (que son muchas) y entre tanta sombra finalmente pueda enterrar ese fantasma que le habita los hueso.
No lo uso a usted, como refiere en su carta, para afamarme, paladeo una vida meritoria, más bien humilde, sin que me persiga el pasado, ni busco en la literatura esconder al hombre que fui. ¿Qué otra riqueza digna pudiera un hombre pedirle al hombre que ha sido? Hay un momento donde no esta la pluma o el pincel y el hombre entra en conversación con el hombre, no hay en esos momentos para mí bochorno.
Sobre el Sr. José Antonio Fornaris, lo vi dos veces en mi vida, siempre en su compañía, y no hay cosa que tenga que decir, más bien es usted quien tiene, que viene del mismo saco y comparten el esqueleto de un mismo fantasma. Por favor, no caiga en mi juego, siga en el suyo, el que le dictan las sombras que lo han acompañado por más de veinte años, no se gaste el tiempo en tratar de entender “el lenguaje lascivo de los perros” que es para gente que entienden a los perros, que de hecho, ladran cuando un fantasma pasa. La próxima vez que ladren mis perros, les explicare que hay fantasmas míseros.
Adiós para siempre Fausto, yo le perdono, y con esto le bajo misericordiosamente los parpados.
Ad Guerra.
(De: Fausto Adolfo para Adalberto)
DESPUES DE ESTA CARTA FINAL, NOVIEMBRE 10, NO RESPUESTA DEL Sr. FAUSTO ADOLFO MARTI SE HA RECIBIDO.
Correspondencia
(De: Fausto Adolfo para Adalberto)
Guayaquil, 9 de noviembre de 2011.
CARTA ABIERTA DEL FANTASMA AL FANTASMÓN.
Sr. Adalberto Guerra:
Han pasado 20 años desde que lo conocí y continuo recordándole como un talentoso joven poeta del lugar donde vivía en ese entonces. Es indudable su interés por la literatura pues aún hoy vuelvo a saber de usted, pero en este caso no por su poesía, sino por la capacidad narrativa de que hace gala el cuento que me dedicó recientemente en su blog.
Construir literatura desde su subjetividad no se le da tan bien como la poesía y pretender hacer historia sin profundizar antes en los temas que escoge, no creo sea un buen camino para alcanzar notoriedad, más bien, esta falta de rigor lo puede convertir en el amplificador idóneo del mensaje de aquellos a los que cree repudiar. El Sr. José Antonio Fornaris me ha distinguido en varias ocasiones con trabajos muy parecidos al suyo. Extraña coincidencia esa que lo une a usted y a ese señor. A él nunca me he tomado el trabajo de responderle, en su caso lo hago más por el asombro que por el tema que sugiere. Hace años que lo oigo y ya a estas alturas de mi vida, si le soy sincero, me da igual las opiniones de los individuos como usted y de la mitología donde mecen sus frustraciones y olvido.
Solo recuerdo haberle hecho el bien siempre que pude, lo cual veo no ha olvidado y reconoce en sus líneas, por lo que sobran las explicaciones que no le debo. Le aseguro que nunca registre sus pertenencias como hizo su esposa con mi mochila, supongo que obnubilada por la paranoia. Ignoro de que importantes pruebas pudo hacerse en tal robo, pero créame que tampoco me interesa mucho el asunto, más bien le sugiero que haga públicos tan valiosos documentos a fin de dar algún halo de credibilidad a su relato.
No me arrepiento de haber resuelto en su momento esa medicina que le hacía falta a su hija. Hacer el bien supongo que compensará siempre cualquier desaire u ofensa suya. Eso que sugiere de que podría haberla envenenado o contaminado es digno de quien lo piensa y no de mí, la mejor prueba con la que cuento no es su agradecimiento, sino que supongo su hija está viva. El juicio que me interesa es el de Dios y créame duermo tranquilo. Desconocía hasta hoy todo ese resentimiento y mala voluntad de su parte, pero no puedo hacer nada al respecto y tampoco me importa mucho.
Desgraciadamente toda esta historia no se ha terminado aun de escribir, así que le sugiero espere el final para hacer resúmenes. Por suerte para mí y para mi familia supongo no todos piensan como usted que he muerto y soy un fantasma. Una búsqueda en Google con mi nombre completo le ayudarán a convencerse que usted encaja mejor en esa definición o perfil.
Como veo le han gustado mis pinturas, lo que reconoce indirectamente en sus despreciables e injuriosas líneas. Espero no tener que valerme de incidentes de este tipo para promoverme como pintor y desearía que a usted no le hagan falta para que lo reconozcan como poeta o alguien se decida a leerlo.
Sin más.
Fausto Adolfo Martí.
(De: Adalberto para Fausto Adolfo)
Palm Beach Florida.
Noviembre 9 de 2011.
Tengo lamentablemente que comunicarle Sr. Fausto que lo que usted leyó no es un relato, cuento o inventiva narrativa, donde lo incluyo, aunque presiento que sería de su agrado que lo fuera, porque en los cuentos se distorsiona la realidad y al menos eso, le proporcionaría un escape de la realidad que sigue siendo su pasado. Las historias que son bochornosas duelen hasta el papel en que se escriben, como me duele usted profundamente.
No me gastaría yo una letra o pensamiento en un personaje que tenga su semblanza. No figura usted en una lista de odio, porque no la tengo. En el final de mi artículo (era un artículo) le dejóoel olvido como puente para que viaje usted hacia la luz, si tiene fuerzas. Sorprende que no se defienda de la realidad empírica que es, haber sido (o ser) un Agente de la Seguridad del Estado. Difícil será para Fausto explicar la resurrección de Fausto, lo que bien pudiera ser su reaparición en Cuba en el 2009. Admiro su obra por encima del hombre. No ha negado usted lo de la medicina, cosa que me agrada, como tampoco ha negado que la obtuvo del mismo cuarto oscuro donde le daban órdenes.
Si hablamos de fantasmas le diré Fausto, que amo esta muerte donde me recuerdan con amor, que es más justa que estar vivo y ser recordado con encono. Nadie ha ido a la cárcel por mí, no tengo pasado, puedo morir en paz, ¿puede usted Fausto? Le invito a que publiquemos su carta y la mía (todas) en el sitio que elija, a ver si da usted un paso hacia la luz.
Sobre google, poniendo su nombre he encontrado cosas buenas y malas, las últimas son menos, pero pesan más en mi balanza, su obra es buena, más las obras de un hombre es el peso completo de su vida. Poniendo mi nombre en google: tiene razón, me da un fantasma con unos libros publicados (dos), nadie me busca o me maldice, lo que me hace un fantasma feliz.
Con todo respeto.
Ad Guerra.
(De: Fausto Adolfo para Adalberto)
Guayaquil, 10 de noviembre de 2011.
Pensé responderle de inmediato su mensaje al recibirlo, pero después de analizar su contenido decidí esperar unas horas a fin de poder discernir sus verdaderas intenciones tras esta, llamémosla, provocación digital tras veinte años de silencio.
Coincidirá conmigo que la publicación en su Blog de este artículo donde trata de hacerse mi víctima y su reproducción en Facebook no podían quedar sin una adecuada respuesta dejando clara mi posición, pero no le daré más valor que el que día a los artículos publicados por Fornaris y a los que no hace referencia alguna en este segundo mensaje. No será conmigo con quien hará meritos para sus ambiciones.
Sus argumentos para iniciar este tardío debate después de 20 años no termino de verlos con claridad, ni cuál es su verdadero propósito tras este falso arrebato ético con el que pretende aleccionarme o dictarme cátedra de moralidad. En fin que no le debo ninguna explicación. Desgraciadamente no entiendo bien el lascivo lenguaje de los perros y no suelo actuar por impulsos estupidos, ni aguijoneado por situaciones imprevistas.
Usted ya hizo público el asunto así que no se a que nuevo espacio promocional pretende llevarlo. Lamento decirle que no soy su camino a la fama, ni la escalera a sus ambiciones personales.
Me perdona, pero no soy tan ingenuo como para dejarme dictar la agenda de lo que debo o no debo hacer por usted y ponerme a darle explicaciones. Dar mi versión de lo que sucedió realmente en aquel entonces sería caer en su juego.
Sus opiniones le repito me tienen sin cuidado así que haga lo que le parezca. Escriba lo que escriba y destile el veneno que destile, no le serviré de puente para salir de su mediocridad.
Mi primera reacción fue de asombro, en esta segunda parte comienzo a ver más claro su juego. Mal le debe ir económicamente con la poesía cuando necesita echar mano a un incidente de hace veinte años para comer supongo. No es mi caso y le comunico que este es el fin de nuestra comunicación.
Le deseo suerte y que Dios lo ayude.
Fausto Adolfo Martí.
(De: Adalberto para Fausto Adolfo)
Palm Beach 10 de noviembre de 2011.
Sr. Fausto:
Al inicio de todo esto pensé que me encontraría a un Fausto humanizado en la pintura, pero en fin, los colores que usted conoce son apliques que el tiempo o las manos dejan en las paredes, que las mismas manos manchan o borran y yo venía pensando en los colores imperecederos. No le ofrecía más que borrar de su mejor cuadro, (su vida) la mancha que lo arruina. Lamento que en un impronto cierre la puerta de su tumba sin que al menos diga unas palabras de despedida al vivo que fue, o al fantasma que deja levitando. Veinte años son mucho tiempo para usted, creo que más largo le han resultado 19 a Julio César Alvarez López y a los otros de la causa # 20 de agosto 13 de 1992. Usted pretende que el tiempo borre, yo pretendo que el tiempo sane, dos cosas muy distintas.
Nada tiene que explicar sobre lo que sucedió porque las explicaciones son para los hombres que ponen luz donde hay sombras y no para los que ponen sombras donde hay luz. No me complazco en su respuesta pávida, asustadiza, más bien me apeno por usted. Ya habrá un tiempo para responderse así mismo, tal vez nunca llegue y siga el silencio escalando en las sombras de sus cuadros (que son muchas) y entre tanta sombra finalmente pueda enterrar ese fantasma que le habita los hueso.
No lo uso a usted, como refiere en su carta, para afamarme, paladeo una vida meritoria, más bien humilde, sin que me persiga el pasado, ni busco en la literatura esconder al hombre que fui. ¿Qué otra riqueza digna pudiera un hombre pedirle al hombre que ha sido? Hay un momento donde no esta la pluma o el pincel y el hombre entra en conversación con el hombre, no hay en esos momentos para mí bochorno.
Sobre el Sr. José Antonio Fornaris, lo vi dos veces en mi vida, siempre en su compañía, y no hay cosa que tenga que decir, más bien es usted quien tiene, que viene del mismo saco y comparten el esqueleto de un mismo fantasma. Por favor, no caiga en mi juego, siga en el suyo, el que le dictan las sombras que lo han acompañado por más de veinte años, no se gaste el tiempo en tratar de entender “el lenguaje lascivo de los perros” que es para gente que entienden a los perros, que de hecho, ladran cuando un fantasma pasa. La próxima vez que ladren mis perros, les explicare que hay fantasmas míseros.
Adiós para siempre Fausto, yo le perdono, y con esto le bajo misericordiosamente los parpados.
Ad Guerra.
(De: Fausto Adolfo para Adalberto)
CARTA ABIERTA II.
Guayaquil Noviembre 10 de 2011
Sr. Adalberto Guerra.
Comienza a ser largo y aburrido nuestro desencuentro, pero cada mentira, debe tener su respuesta y no será usted el que me dicte clases de sabiduría con una hoja de servicios tan pobre. A parte de montarse en una lancha para huir de Cuba no conozco otro merito que no sea literario en su pacifica vida, por lo que me extraña de dónde saca la autoridad con la que habla y aconseja.
Creo que hace honor a su apellido y le garantizo una larga guerra si es lo que se propone. También tendrá su artículo si es ese su interés. Al parecer no sería muy interesante y nadie ha querido hacerlo. El asunto no merecería atención de mi parte, pero no me deja otra vía que recordarle que Jesús dijo que, “el que esté libre de pecado, tire la primera piedra “y su vida no es tan inmaculada como trata de hacernos ver. No podemos tirar piedras al tejado del vecino si el nuestro es tan frágil.
Solo le voy a aclarar para que en la próxima ocasión se ajuste más a la realidad que:
1-Que nunca declaré ni participé en el juicio que menciona (falso) y de ello podrán dar fe los implicados en el asunto.
2-De la paliza de que fui objeto por las turbas hay testigos que pueden confirmarlo, (usted me vio días después de haber sucedido) y por lo tanto la sangre de que habla no estaba ya en mis ropas. Quizás Ángela Herrera y otras personas presentes en su casa le puedan explicar si hubo sangre o no. La duda que trata de sembrar sobre el asunto es propia de la falta de rigurosidad y totalmente subjetiva, amén de su falta de carácter innata. Por suerte cuento con el certificado que me hizo un médico independiente y con numerosos testigos del hecho.
3-Mi exilio de más de 9 años en España es un hecho y no un paseo turístico como trata de hacerlo ver. Mi hermano no pese a su afirmación nada tuvo que ver en este asunto. Si no lo sabe, desde entonces y aun hoy no nos hablamos ni mantenemos vínculo alguno.
4-Fui redactor de textos publicitarios en la Empresa PUBLICITUR durante varios años (fácil de verificar), por lo que tampoco me regaló ningún título de publicista como maliciosamente afirma. Después de estas mentiras me molesta profundamente de que hable de luz y verdad.
5-Regresé a Cuba en el 2000 y no en el 2009 como dice. Este es otro aporte suyo a mi biografía.
6-Las medicinas que le di para la enfermedad de su hija salieron del botiquín de mi hermana que tuvo a su hijo enfermo por esa época y no en ninguna oscura oficina como imagina usted o trataron de hacerle ver esos 5 agentes de que habla y que ante su conveniente sugerencia de que había sido yo su intermediario prefirieron callar. Yo podría decir si asumo su falta de rigor que en esa ocasión usted fue reclutado y su misterioso viaje preparado rápidamente ante la premura de eventos que coincidieron en el tiempo (Captura de la Red Avispa). No sea ridículo.
Como ve ante tantas invenciones no me quedó otra cosa que pensar que se trataba de un cuento y no de un artículo como pretende hacer ver.
“No importa si hablan bien o mal de ti, lo importante es que hablen“, reza una frase célebre, me hace un favor y estoy seguro que este mes se incrementarán las visitas a mi pagina Web gracias a usted que tuvo la gentileza de incluir mi link en su Blog.
También debería agregar a su historia que si no fui encarcelado en esa ocasión (aunque si retenido por 2 semanas en Villa Marista) y si le dieron a mi madre la de opción de sacarme del país fue en consideración a mi padre. Mi pasaje a España fue pagado por una amiga personal de mi madre. Supongo que me preferían mejor fuera del país que es lo mismo que del juego. Me anulaban como oponente y des caracterizarme como persona. Detenerme solo hubiera ayudado a hacerme de un mejor curriculum político.
Des caracterizar a los oponentes potencialmente más peligrosos siempre es más rentable que encarcelarlos y “a enemigo que huye puente de plata“ todo el que contribuya a lograr este objetivo, supongo será premiado de alguna forma y usted lo está haciendo muy eficazmente aun que desfasado en el tiempo por lo que no tendrá el éxito que espera, creo yo. Tal parece que Fornaris debe de estar de vacaciones o se jubiló. No hay nadie más interesado que yo por que algún día se sepa la toda la verdad de este asunto, pero aun así no regresaría nunca a la política, esa etapa quedó atrás, prefiero el arte y su libertad a tener que tropezarme nuevamente con esa fauna de arañas y oportunistas cobardes donde lo sitúa su propia historia personal junto a otros molestos insectos. Las manchas de mi vida como llama usted, podrían ser el color de sus ropas de gala si hubiera hecho algo más que poesía cuando estuvo en Cuba y turbios intentos de periodismo ahora que está lejos.
Busque usted la luz de la que habla y que se nunca ha visto. Continúe en su felicidad de fantasma intrascendente, protéjase usted y a su familia como lo mejor que siempre ha sabido hacer. Dedíquese a la poesía ya que en su momento demostró que no tiene lo que hace falta tener para otro tipo de actividad. Oiga, investigue y respete antes de juzgar a nadie. Yo haciendo honor a mi apellido hoy y siempre tendré “en la frente la estrella que ilumina y mata“Solo se trata de la estatura.
Sin más.
Fausto Adolfo Martí.
(De: Adalberto para Fausto Adolfo)
Palm Beach, Florida.
10 de noviembre de 2011
Al final de nuestro desencuentro espero las palabras que siempre han faltado de usted. No hay en mi artículo tantos errores, como tanta oscuridad hay en su vida. Estaré de acuerdo en hacer las correcciones de mi escrito en su totalidad, cuando queden explicados en su totalidad los espacios flacos que pueblan su historia. Por ejemplo: ¿De dónde sacó Julio César Álvarez López que usted era un infiltrado en los grupos?, sí no era cierto, ¿Por qué el encausamiento? ¿Cómo es que la seguridad del estado sabía que usted me dio el medicamento? ¿Cómo es que regresa usted a Cuba (en el 2000) y aún puede exponer con la anuencia de la UNEAD y la UNESCO?, ¿No es PUBLICITUR una empresa cubana? y ¿Cómo puede un opositor genuino (digamos que lo fuera) prestarse para exposiciones en el museo nacional de los CDR?, nada menos que en el museo de los CDR, habrá una foto de usted sin duda a la entrada, póngalo también en su ficha biográfica. ¿Cómo un tipo (tan a diferencia mía) “que tuvo lo que tenía que tener” que pasó "dos semanas en Villa Marista", le faltó lo que debía tener para rechazar exponer en un evento donde participaba Raúl Roa en el 2009? ó ¿Es que el artículo de presentación en su página está lleno de falsedades?, usted siempre tratando de silbar en dos idiomas Fausto.
Alimenté la esperanza de estar equivocado, hasta que me llegó ese artículo de presentación que exhibe en su página (de Waldo González López), que en vez de arrojar luz, llena de sombra su persona, y no creo que le hace daño el artículo de Waldo, se hace daño usted de andar donde andaba.
En cuanto a mi techo, le diré que exhibe un cristal limpio desde adentro (desde siempre), que a veces se empaña cuando pasa en vuelo algún fantasma sucio. Cuanto me gustaría pensar que todo ha sido un golpe de mala suerte que le dio la vida, pero los espacios en blanco que ha dejado su silencio me gritan lo contrario. Golpe de mala suerte; Gastón Baquero y Reinaldo Arenas, que no entran en Cuba ni después de muertos, usted siempre tan capaz Fausto de evadirlo todo.
No me enfrasco con usted en una guerra larga como dice, sino en una guerra necesaria (por cierto, para usted). Sólo espero que le haga honor a su apellido y en vez de cubrirlo con silencio, desnude su historia en las palabras. Esta guerra no puede herirle, darle muerte, no se muere dos veces. No regrese a la política, regrese a la vida.
Mi familia está a buen recaudo (gracias), sigue siendo la misma familia que lo recibió un día y se apena de verlo deambular como un espectro. La literatura me sigue acompañando, y sí, continuo vistiendo de gala, que me resulta de más clase que el invisible velo verde-olivo que lo cubre a usted, remuévalo. Hágase usted mismo en las palabras sinceras un asidero para Fausto. No pida, gánese el respeto.
De usted, con respeto anticipado,
DESPUES DE ESTA CARTA FINAL, NOVIEMBRE 10, NO RESPUESTA DEL Sr. FAUSTO ADOLFO MARTI SE HA RECIBIDO.
Muy reveladoras estas cartas. Yo era del CUN Jose Luis
ResponderEliminarADALBERTO TE MANDE UNA INFORMACION AL EMAIL REFERENTE AL CASO FAUSTO. FRANK
ResponderEliminarEstas ratas son todas iguales, "rompen con el sistema" pero nunca piden perdon. Como no piden perdon, no se le extiende perdon.
ResponderEliminarConocí a ese personaje Fausto A. Martí acá en canarias, es más que un agente de la seguridad, es un oficial de la seguridad. Era publicista y me venía gente de MININ a verlo, aquí estuvo Carlos Rafael Rodríguez en el 95 o el 96 y le tiro la mano por arriba, que seguro el dirá que lo mando también su mama, no faltaba más.
ResponderEliminarRafael Acosta/ desde canarias